viernes, 22 de febrero de 2013

La arteritis de células gigantes "de gran vaso": Valorando las arterias proximales del miembro superior.

En el último número de Rheumatology (Oxford), Czihal y colaboradores han publicado un estudio de seguimiento de pacientes con ACG de arterias de la extremidad superior que han sido tratados con corticoides.

Se trata de un estudio retrospectivo de 34 pacientes con diagnóstico de ACG demostrado en arterias del miembro superior (Subclavia, axilar o humeral). Todos los pacientes fueron tratados con tratamiento corticoideo y antiagregantes plaquetarios y seguidos con ecografía Doppler color. La media de edad de estos pacientes fue de 66 años. El 82% eran mujeres. Un 23.5% tenía antecedente de dislipidemia y 38% eran fumadores activos. Un detalle interesante de este estudio es que sólo 18 de los 34 pacientes (53%) tuvieron una biopsia compatible con ACG o reunían criterios ACR de ACG. El resto de pacientes fueron solamente diagnosticados de “ACG en arterias de la extremidad superior” por ecografía y presentaban clínica de isquemia recurrente. De hecho, 2 pacientes, no incluidos en el grupo final, tuvieron que ser intervenidos quirúrgicamente para conservar el flujo distal.

El seguimiento de los pacientes reportado en el estudio fue heterogéneo, los autores consignan una media de 22 meses. Durante este periodo ningún paciente volvió a presentar síntomas isquémicos y 5 de ellos alcanzaron el estado asintomático. Desde el punto de vista ecográfico se encontró que 32.4% de los pacientes presentaron desaparición completa del signo del halo.

Un dato interesante a juicio de los autores es que el alivio sintomático es más probablemente alcanzable en pacientes con claudicación unilateral del brazo izquierdo. Hay que considerar que estamos ante un estudio retrospectivo con un tamaño muestral pequeño al momento de valorar estos hallazgos. Esto sin embargo no ha sido obstáculo para que los autores ensayen la hipótesis de que el brazo izquierdo se beneficia de una presión sistólica significativamente mayor que el brazo derecho. Esto, sumado al hecho de que estos paciente no demostraron un especial beneficio de la reducción del halo sustenta que el aporte de flujo es realmente el factor condicionante del beneficio antes que un localizado efecto de la terapia con corticoides.

Ecografía Doppler de la arteria axilar de una paciente con diagnóstico de arteritis de la temporal por criterios ACR + eco de temporales compatible.


El concepto de ACG temporal y ACG de gran vaso ya ha sido utilizado previamente por otros investigadores al momento de valorar la utilidad de la ecografía vascular. En 2008, Schmidt y colaboradores publicaron en Rheumatology, un artículo en el que valoraban la ecografía de la arteria axilar, subclavia y humeral proximal en pacientes con ACG, ya sea esta temporal o de gran vaso. La defnición utilizada de ACG temporal es la utilizada comunmente para referirnos a la ACG. El término ACG de gran vaso obedece a la definición de una arteritis que afecte a un vaso extracraneal y alude específicamente a las tres arterias antes señaladas. Asocia una clínica en la que predominan las parestesias, la claudicación de la extremidad y la presencia de Fenómeno de Raynaud. En el estudio de Schmidt, tras valorar al 176 pacientes con ACG, según criterios ACR, 53 presentaron afectación ecográfica en una de las tres arterias señaladas. De este grupo de pacientes, 98% presentaban compromiso de la arteria axilar, 61 de la subclavia y 21% de las ramas braquiales proximales del brazo. El estudio concluye que en los pacientes con PMR, ACG de la temporal, claudicación del brazo, la realización de una ecografía de la arteria axilar incrementa el diagnóstico de ACG de gran vaso.

Czihal M, Piller A, Schroettle A, Kuhlencordt PJ, Schulze-Koops H, Hoffmann U. Outcome of giant cell arteritis of the arm arteries managed with medical treatment alone: cross-sectional follow-up study. Rheumatology (Oxford). 2013 Feb;52(2):282-6.

Schmidt WA, Seifert A, Gromnica-Ihle E, Krause Natush A, Natush A. Ultrasound of proximal upper extremity arteries to increase the diagnostic yield in large-vessel giant cell arteritis. Rheumatology 2008; 47: 96-101.

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