lunes, 4 de febrero de 2013

La espondiloartritis axial y su relación con la Espondilitis Axial temprana

Robinson, Wordsworth y Reveille han publicado un artículo de opinión sobre lo que a su modo de ver es una necesidad imperiosa de distinguir el recientemente introducido concepto de Espondilitis axial (Grupo ASAS 2009) de la Espondilitis anquilosante temprana.

En el año 2009, Rudwaleit, Landewe y van der Heijde publicaron los criterios de clasificación para una entidad nueva conocida como Espondiloartritis axial (axSpA). Los esfuerzos del grupo ASAS estaban encaminados entonces a generar una herramienta que permita diagnosticar con mayor celeridad a los pacientes con Espondilitis Anquilosante (EA). Hasta entonces, los criterios modificados de Nueva York, que eran la herramienta de clasificación más utilizada, habían mostrado tener una baja sensibilidad para establecer el diagnóstico de EA en etapas tempranas. Por ello, el diagnóstico de la enfermedad tardaba generando brechas de 4 o 5 años entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico de la EA.

Los autores hacen referencia a un artículo previo publicado por Rudwaleit et al en 2005 en el que se propone que los pacientes con espondiloartritis con sintomatología fundamentalmente axial deberían ser considerados como pacientes con Espondilitis anquilosante en una fase muy temprana. Con respecto a esta afirmación, los autores desarrollan una oposición fundada en dos argumentos:

El primer argumento es fundamentalmente fisiopatológico y se basa en que la axSpa es una entidad cuya historia natural no es conocida, hecho que sostienen sobre la importante variabilidad clínica de los pacientes que han recibido este diagnóstico desde la implantación de sus criterios ASAS. Por otro lado, los pacientes con EA tienen, en opinión de los autores, una historia natural mucho más predecible. La decisión de indicar o no terapias biológicas exige sopesar la relación riesgo/beneficio y el beneficio depende fundamentalmente del conocimiento del pronóstico, de ahí que nuestra capacidad de predecir el comportamiento de una enfermedad a partir de la historia natural tenga tanta importancia.

El segundo argumento se basa en cuestionar que realmente la axSpA sea una forma precoz de la EA. Para ello citan el estudio prospectivo a 10 años de Mou y colaboradores en el que tras un seguimiento de 88 pacientes con sospecha de EA pero sin reunir criterios modificados de Nueva York, encontraron que sólo 20 pacientes evolucionaron a EA. Citan también el estudio de Aydin y colaboradores, de seguimiento de 7 años con 29 pacientes con síntomas sugestivos de axSpA. De ellos 21 pacientes no completaban criterios modificados de Nueva York al momento del inicio del seguimiento y de este grupo, sólo 3 acabaron completándolos. Este estudio realizó una validación de los criterios ASAS y encontró que aquellos pacientes axSpA con criterio de imagen tuvieron una S 100% y E 22% para EA mientras que aquellos con criterio HLAB27 tuvieron una S 67% y E 56%. Ver figura 1, extraida de la página de criterios diagnósticos de la Sociedad Española de Reumatología.

Criterios axSpA. Obtenido de http://www.ser.es/practicaClinica/espoguia/diagnostico_1/criterios_diagnosticos_EsA.php
A estos dos argumentos, los autores añaden que la proporción de HLAB27 difiere siginificativamente entre pacientes con axSpA y pacientes con EA así como una llamativa diferencia en la proporción de hombres afectados: 34-43% en pacientes con axSpA contra 65% en EA.

Como podemos ver, este artículo de opinión establece una interesante objeción a considerar a las formas predominantemente axiales de espondiloartritis como EA tempranas y a tenor de sus argumentos, da la impresión que en efecto se trata de dos entidades distintas. Hay que tener en cuenta que nos encontramos frente a un grupo de patologías cuya denominación específica se basa en criterios de clasificación que son dinámicos en el tiempo. 

Referencia

Robinson PC, Wordsworth BP, Reveille JD. Axial spondyloarthritis: anew disease entity, not necesasarily early ankylosing spondylitis. Ann Rheum Dis 2013; 72:162-164.

No hay comentarios:

Publicar un comentario