Para la valoración el dolor en la cara anterior del tobillo hay
que tener en cuenta que existen cinco estructurar capaces de producir una
sensación algésica a este nivel y que todas ellas se encuentran en un relativo
pequeño volumen: Articulación tibio-astragalina, astrágalo-escafoidea (o
astrágalo-navicular), tendón tibial anterior (TTA), tendón extensor del primer
dedo (TEPD) y el tendón extensor común de los dedos (TECD). Vamos a abordar la
semiología de la inflamación de estas estructuras para poder establecer un
correcto diagnóstico diferencial. Por su potencial capacidad de generar duda
clínica, la infección de partes blandas y piel deben ser tenidas en cuenta en
este apartado aunque estrictamente no forman parte del diagnóstico diferencial
de la patología musculoesquelética atraumática del pie.
Tendones y músculos de la región anterior del pie. Obtenido y modificado desde http://correrdefinitivamentenoesdecobardes.blogspot.com.es/2011/10/relacionando-la-biomecanica-de-carrera.html |
Conviene comentar además que las fracturas por estrés
podrían constituir un diagnóstico diferencial adicional en el dolor anterior
del tobillo sin embargo, no es infrecuente que las fisuras o trazos de fractura
se den en esta sección del pie sino a nivel de los metatarsianos.
La tabla 1 resume los aspectos semiológicos más relevantes
de la exploración anamnésica y física de la artritis, tendinitis y
tenosinovitis que nos servirán de guía para abordar el reconocimiento de esta
parte del pie, aunque es aplicable a cualquier otro nivel del aparato
locomotor.
En general la artritis genera dolor cuando la articulación
se somete a compresión por fuerzas externas debido a la tensión a la que se
expone la cápsula articular y los nociceptores de la superficie articular. Los
tendones inflamados generan dolor cuando son extendidos pasivamente o cuando
ejercen tensión activa. Los tendones con vaina tendinosa y efusión en su
interior además generan dolor cuando se les comprime externamente. El dolor
generado a partir de los nociceptores cutáneos depende escasamente de los
movimientos del pie y fundamentalmente de la compresión extrínseca.
Tabla 1. Reparos exploratorios durante la valoración de la cara anterior del tobillo. |
Artritis de Tobillo
Articulación Tibio-astragalina, vista longitudinal a la altura del tendón extensor del primer dedo en modo Doppler Color sobre el recorrido de la arteria pedia. |
Articulación Tibio-astragalina patológica a la altura del tendón extensor del primer dedo en la que se aprecia efusión sinovial (ES) y algunos mamelonamientos de proliferación sinovial. |
Articulación Tibio-astragalina patológica a la altura del tendón extensor común de los dedos en la que se aprecia gran hipertrofia sinovial (HS) y efusión sinovial (ES). |
Articulación Tibio-astragalina, vista longitudinal a la altura del tendón extensor común de los dedos. |
Articulación Tibio-astragalina, vista longitudinal a la altura del tendón tibial anterior. |
Las dos articulaciones más grandes del pie cumplen la misma función aunque sus arcos de movimiento son complementarios y no superponibles. Por otro lado, fisiológicamente la cápsula articular es compartida por lo que una artritis tibio-astragalina difícilmente se presenta sin compromiso de la astrágalo-navicular. No obstante ello, en situaciones precoces se puede identificar ecográficamente la artritis en una sola de las dos articulaciones. La importancia de distinguir entre ambas artritis es baja y únicamente relacionada con motivos epidemiológicos. La artritis de origen microcristalino se instala por igual en ambas articulaciones. La artritis post sobre carga articular es más frecuente en la articulación tibio-astragalina tras la bipedestación prolongada mientras que la astrágalo-navicular se afecta con mayor frecuencia tras la realización de marchas prolongadas y cuesta arriba.
Tendinitis y tenosinovitis del dorso del pie
Es conveniente tener presente que los tendones del dorso del
pie presentan una vaina tendinosa que les envuelve hasta que su recorrido
alcanza la altura de la articulación astrágalo-navicular. A partir de este
punto, se les considera anatómicamente tendones sin vaina. Este reparo es
importante de cara al diagnóstico de las tenosinovitis del dorso del pie.
El tendón más medial es el TTA y es a su vez el tendón más
importante de la extensión del pie. Se puede ver afectado tras la realización
de extensiones repetidas y moduladas del pie (ejercer presión controlada sobre
el acelerador del coche, andar sobre suelo irregular, etc). Es característica
la irradiación del dolor hacia regiones distales de la cara anterior de la
pierna.
El siguiente tendón, ubicado a la mitad del dorso del pie es
el TEPD. Es infrecuente la afectación de este tendón de forma aislada. Su
semiología es relativamente sencilla de interpretar ya que afecta
exclusivamente la flexión plantar del primer dedo.
El tendón más lateral del aparato extensor del dorso del pie
es el TECD. Este es un tendón aplanado que se divide en cuatro ramas para cada uno
de los dedos del 2º al 5º. La vaina tendinosa se extiende un centímetro distal
a la división por lo que se puede observar la efusión peritendinosa en el
examen ecográfico sin denotar ello una alteración patológica. El TECD es el
tendón que se expone más a la fricción generada por cualquier proceso exofítico
de las articulaciones astrágalo-navicular y las cuñas. Las tendinosis mecánicas
del TECD son frecuentes entre deportistas fondistas. El TECD es el tendón más
importante en el mantenimiento de la estabilidad del pie al apoyarlo sobre la
punta de los dedos es por ello que es común su afectación en lesiones de baile.
La tendinitis de cualquiera de estos tendones se puede
establecer clínicamente y distinguirlas de las artritis (Tabla 2). Las
tenosinovitis de un tendón rara vez no compromete a los demás por contigüidad.
La comprobación diagnóstica por medio de pruebas de imágen como la RMN o la
ecografía son decisivas sin embargo una detenida aproximación semiológica es
suficiente para iniciar el tratamiento.
Tabla 2. Reparos exploratorios en la valoración de la artritis y tendinitis de la cara anterior del tobillo. |
Opciones de Tratamiento
El manejo de las artritis depende fundamentalmente de la
etiología. Las enfermedades reumáticas inflamatorias pueden cursar con brotes
articulares en el pie. De acuerdo con el tratamiento de base, se pueden indicar
ciclos cortos de corticoides. En las artritis de inicio reciente y sin
antecedentes de enfermedades sistémicas, el manejo con AINEs puede ser
suficiente. En todos los casos, la descarga y el reposo relativo por corto
tiempo están indicados de forma coadyuvante. Junto con estas medidas se
recomienda el frio local seco. El uso de anti inflamatorios transdérmicos
tienen respuestas variables y su uso, de momento, no está extendido. La
infiltración de corticoides y anestésicos es una alternativa en pacientes con
dolores de gran intensidad, necesidad de mejoría rápida o intolerancia o contra
indicación para las terapias antes señaladas.
En este punto es conveniente tener presente que las artritis
infecciosas son la urgencia reumatológica urgente por excelencia y su
diagnóstico merece un reparo anamnésico y exploratorio aparte. También hay que
subrayar que ante su sospecha la realización de una artrocentesis es
mandatoria. En el caso del pie hay que tener presente a la guía ecográfica como
alternativa para potenciar el rendimiento diagnóstico del procedimiento.
En el manejo de las tendinosis y tenosinovitis del aparato
extensor del pie se incluye el uso de AINEs orales o tópicos. El reposo sin
embargo es parte fundamental del tratamiento por lo que el uso de muletas puede
ser requerido en una importante proporción de pacientes, especialmente aquellos
que no van a interrumpir su actividad laboral.
No se requiere una valoración especializada para un primer
episodio de tendinitis o artritis del tobillo en términos generales. Hay que
prestar atención a los antecedentes de artritis histórica previa de etiología
no conocida especialmente en pacientes jóvenes ya que puede tratarse de una
manifestación articular de otras enfermedades reumatológicas sistémicas.
Referencias
- Faraj S, Stanley-Clarke D. Acute extensor hallucis longus tenosynovitis caused by gonococcal infection. N. Z. Med. J. 2 de mayo de 2003;116(1173):U421.
- Anakwenze OA, Milby AH, Gans I, Stern JJ, Levin LS, Wapner KL. Foot and ankle infections: diagnosis and management. J Am Acad Orthop Surg. noviembre de 2012;20(11):684-93.
- Rao S, Riskowski JL, Hannan MT. Musculoskeletal conditions of the foot and ankle: assessments and treatment options. Best Pract Res Clin Rheumatol. junio de 2012;26(3):345-68.
- Rosenberg ZS, Feldman F, Singson RD, Kane R. Ankle tendons: evaluation with CT. Radiology. enero de 1988;166(1 Pt 1):221-6.
- Guillen CA, García AR. Utilidad de la ecografía en el manejo del dolor musculoesquelético atraumático en urgencias: Revisión de la literatura. Archivos de Medicina [Internet]. 19 de abril de 2012 [citado 9 de agosto de 2012];8(1). Recuperado a partir de: http://imedpub.com/ojs/index.php/archmed/article/view/400
- Guillen Astete C, Blazquez Cañamero M, Velazquez Arce C. Utilidad de la guía ecográfica en tiempo real en el diagnóstico en urgencias de la artritis de tobillo. Emergencias. 2012;24:498-9.
- Kobayashi H, Sakurai M, Kobayashi T. Extensor digitorum longus tenosynovitis caused by talar head impingement in an ultramarathon runner: a case report. J Orthop Surg (Hong Kong). agosto de 2007;15(2):245-7.
No hay comentarios:
Publicar un comentario