lunes, 16 de septiembre de 2013

Caso clínico: Hernias cervicales y cervicalgia inflamatoria simultáneas.

Una mujer de 60 años consultó por dolor cervical de varios años de evolución.

Recientemente fue diagnosticada de tres protrusiones centroposteriores cervicales C5-D1. A lo largo de los últimos 5 años había realizado no menos de 2 ciclos de fisioterapia cervical anuales notando alguna mejoría. Su neurocirujano le había planteado una alternativa quirúrgica a la vista de haber fracasado en el control del dolor pese a la fisioterapia y al uso de varias lineas de AINEs.

La paciente consultó paralelamente por rizartrosis bilateral y durante el interrogatorio se recogió la información anterior y se profundizó en la anamnesis.

Los dolores cervicales se presentaron por primera vez a la edad de 20 años, no limitaban su actividad física sino que por el contrario, cuando se presentaban se resolvían al hacer ejercicio. En ocasiones también presentó dolor lumbar bajo, incluso glúteo. El dolor era especialmente inteso por las mañanas y recuerda haber presentado rigidez de al menos 1 o 2 horas en alguna ocasión. La paciente atribuía los dolores al ejercicio físico que realizaba laboralmente.
Aproximadamente a la edad de 40 años, la paciente presentaba dolores más frecuentes y de corte mixto, fundamentalmente cervicales aunque también lumbares. Había ganado peso y mejoraba con AINEs, por lo que no consultó específicamente.
RMN cervical T2. Se aprecian claramente las improntas que efectúan las protrusiones posteriores C5-C6, C6-C7 y C7-D1 sobre el canal medular. También se distingue claramente compromiso de las vértebras C6 a D1. El diagnóstico diferencial de estas lesiones en T2 corresponde a depósitos secundarios, lesiones pre-aplstamiento, hemangiomas y lesiones inflamatorias infecciosas o autoinmunes.
Desde hace 10 años, por indicación de su médico y dado que se le diagnosticó de diabetes inició actividad física tipo natación con una gran mejoría sintomática a nivel de la región lumbar baja, no así del cuello.

Hace 3 años consultó con un neurocirujano quien le diagnosticó de una hernia discal cervical no tributaria de manejo quirúrgico y desde entonces toma AINEs a demanda y ha requerido múltiples ciclos de fisioterapia.

A la exploración física presenta en la actualidad una limitación a la rotación, lateralización y flexo extensión del cuello en últimos grados. El resto de la exploración orientada a espondiloartritis fue normal. En la radiografía de columna no se apreciaban sindesmofitos sin embargo si que era evidente cierta cuadratura vertebral lumbar.

Se le solicitó un estudio HLA que resultó positivo al B27. Una RMN dorsal, lumbar y sacroiliaca no encontraron afectación axial sin embargo la RMN cervical, mostrada antes, revelaba tres hernias posterocentrales y compromiso de vértebras C6-D1. Esta afectación, motivó estudios posteriores para el descarte de un proceso primario o secundario neoproliferativo. Dichos estudios fueron negativos.

En la actualidad la paciente se encuentra en tratamiento sostenido con celecoxib con una gran mejoría sintomática.

En este curioso caso se sobrelapan dos condiciones: Hernias discales cervicales oligosintomáticas y un cuadro inflamatorio axial cervical sin repercusión a otros niveles con HLAB27 positivo y clara mejoría con AINEs. Si bien es cierto esta forma de presentación de las espondiloartritis es muy rara es un diagnóstico que debe tenerse en cuenta máxime al prestar atención a la historia antigue de esta paciente.
La moraleja de este caso es que incluso cuando existe una justificación biomecánica a un dolor cervical, no debe dejarse de lado el interrogatorio para evitar infradiagnosticar una patología adicional que afecte la misma región axial.


1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con la moraleja del caso.Desgraciadamente nos enseñan desde R1 a unificar todos los síntomas en una sola patología y aunque eso casi siempre es cierto a veces no lo es.Casos como este nos lo enseñan.

    Gracias

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