sábado, 19 de diciembre de 2015

El ojo seco y la fibromialgia

En general, los síndromes dolorosos crónicos se asocian a una serie de síntomas difíciles de cuantificar mediante escalas y que, por lo tanto, son difíciles de objetivar de manera clara. Esta dificultad hace que su diagnóstico y su seguimiento sean más complicados.
Aunque los procesos dolorosos son las manifestaciones más habituales en estos pacientes, suelen estar presentes la fatiga, cefalea, mareos, caída de pelo, sequedad de piel y de mucosas entre muchos otros síntomas. 
El ojo seco es una de las manifestaciones más frecuentes dentro de estos síntomas. Un problema adicional es la percepción de que una proporción de pacientes con diagnóstico de fibromialgia acaban cumpliendo criterios de S. Sjögren. Los estudios epidemiológicos en ese sentido deben ser valorados con precaución por varios motivos: (1) Los criterios de clasificación de fibromialgia no son homogéneos en el tiempo ni en las series; (2) La valoración de ojo seco es altamente prevalente en pacientes con fibromialgia y no todos son objeto de estudios específicos para S. Sjögren al momento del diagnóstico. (3) Los estudios basados en grandes bases de datos nacionales tienden a confundir el síndrome de ojo seco con el SS.

Dohrenbusch et al, en 1996 reportó la presencia de pacientes con criterios de clasificación de FM en el 40% de pacientes con SS secundario y 44% de pacientes con SS primario. En los mismos grupos de pacientes, la proporción de pacientes con dolor generalizado era 72% y 5% respectivamente marcando así una importante diferencia entre ambos grupos. De este estudio parece desprenderse que la relación entre FM y SS es menos fuerte que la existente entre dolor generalizado y SS, hecho que parece más concordante con la práctica clínica habitual.
En un estudio llevado a cabo en un centro oftalmológico terciario realizado por Herrich et al y publicado en 2014 se analizó la casuística de 228 pacientes con criterios objetivos de síndrome de ojo seco. Del total de pacientes, un 47% tenían un diagnóstico conocido de una enfermedad inflamatoria crónica. 20 de ellos eran pacientes tiroideos, 4 tenían SS y 1 tenía sospecha no confirmada de SS. Este estudio discute la posibilidad de que el síndrome seco sea el resultado de una inhibición de la actividad glandular mediada por anticuerpos no específicamente relacionados con el SS sino que colocan a este síndrome en un plano muy por debajo de las expectativas. 
En relación a la asociación entre el síndrome de ojo seco y su vinculación con enfermedades crónicas dolorosas, Vehof et al publicó en 2015 un estudio realizado sobre pacientes con síndrome de intestino irritable, dólor pélvico crónico o fibromialgia. En este estudio, todos los pacientes contestaron un formulario de valoración de sequedad ocular (OSDI), se les realizó el test de Schirmer y se midió el tiempo de ruptura de lágrima. De un total de 425 pacientes con diagnóstico de ojo seco, 17% tenían al menos un síndrome doloroso generalizado. Al analizar los puntajes OSDI, los pacientes con sindrome seco ocular y dolor crónico tuvieron puntuaciones mucho peores que aquellos con sindrome seco sin dolor crónico. Curiosamente, las medidas objetivas demostraron mejores resultados en el grupo de pacientes con síndrome seco ocular y dolor crónico que en aquellos sin dolor crónico. Nuevamente se insinúa que los pacientes con dolor generalizado crónico podrían tender a expresar un mayor grado de catastrofismo al realizar valoraciones subjetivas, como el OSDI.
En 2014, ter Borg et al publicaron los resultados de una cohorte de pacientes con SSP sobre la que se valoró la relación entre las manifestaciones extraganglionares, el dolor generalizado y el perfil inmunológico. Curiosamente, la presencia de dolor generalizado sugirió ser, de acuerdo con los resultados, un factor protector pontente contra el desarrollo de manifestaciones extraglandulares como las citopenias, uveitis, enfermedad pulmonar intersticial o el linfoma no-Hodgkin, La polineuropatía, por otro lado se presentó en una significativa menor medida en aquellos pacientes con SSP que además cursaban con dolor generalizado. 

Todo parece apuntar a que el síndrome de ojo seco, la fibromialgia y el dolor generalizado tienen una vinculación clínica que no se puede despreciar. Teniendo en cuenta que una proporción no despreciable de pacientes con SS cursan con dolor generalizado, habría que reconocer que la posibilidad de confudir este diagnóstico con el de una fibromialgia justificaría que a futuro algún paciente fibromialgico acabe por reunir criterior de clasificación de SS.

Lectura recomendada

Dohrenbusch R, Grüterich M, Genth E. [Fibromyalgia and Sjögren syndrome--clinical and methodological aspects]. Z Rheumatol 1996;55:19–27.

Henrich CF, Ramulu PY, Akpek EK. Association of dry eye and inflammatory systemic diseases in a tertiary care-based sample. Cornea 2014;33:819–25. 
ter Borg EJ, Kelder JC. Lower prevalence of extra-glandular manifestations and anti-SSB antibodies in patients with primary Sjögren’s syndrome and widespread pain: evidence for a relatively benign subset. Clin Exp Rheumatol 2014;32:349–53.
Vehof J, Smitt-Kamminga NS, Kozareva D, et al. Clinical characteristics of dry eye patients with chronic pain syndromes. Am J Ophthalmol Published Online First: 18 November 2015. doi:10.1016/j.ajo.2015.11.017



2 comentarios:

  1. Muy buen artículo.

    Si sufrir de ojo seco ya es complicado, no me quiero imaginar como debe ser padecer estas dos condiciones juntas....

    Tenemos que seguir trabajando para una cura real y definitiva.

    Un abrazo.

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