Recorte periodísco, fuente: Diario El Pais.
Sabemos que los pacientes con espondilitis anquilosante tardan entre siete y ocho años en ser diagnosticados. Las nuevas técnicas de imagen disponibles reducirán este retraso, según los expertos participantes en el Proyecto IMAS.
Los reumatólogos achacan este retraso a la falta de pruebas definitivas para realizar el diagnóstico. Para eso lo sensato y práctico es formar a los profesionales sobre las nuevas técnicas de imagen, estableciendo un curso específico de espondiloartritis para reumatólogos. Este proyecto de formación continuada lo ha puesto en marcha GRESSER (Grupo Español para Estudio de las Espondiloartropatías de la Sociedad Española de Reumatología), con la colaboración de Pfizer y de la Sociedad Española de Reumatología (SER). En este empeño de coor-dinación trabajan los especialistas Eugenio De Miguel, del Hospital Universitario La Paz de Madrid, y Xavier Juanola, del Hospital de Bellvitge.
Los tratamientos biológicos han supuesto un gran avance para un número importante de pacientes y sobre todo para los que padecen las formas más graves. La mayoría, suele responder bien al tratamiento con antinflamatorios no esteroideos y un buen programa de fisioterapia y rehabilitación, pero para quienes no mejoren con esta terapia, los biológicos han supuesto una alternativa muy eficaz para el alivio del dolor. Porque cuanto más tarde se diagnostica una espondiloartritis, peor es el pronóstico. de la enfermedad.
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