sábado, 19 de diciembre de 2015

Revisión de un tema: Aspectos fisiopatológicos relacionados con la neutropenia en el Síndrome de Felty

El síndrome de Felty (SF) se caracteriza por la triada de Artritis Reumatoide, neutropenia y esplenomegalia.

Se presenta en alrededor de 1% de todos los pacientes con AR y habitualmente su presentación ocurre después de la primera década del establecimiento del diagnóstico. Entre los factores asociados a su desarrollo se encuentra la presencia de cifras elevadas de factor reumatoide (FR) al diagnóstico o a lo largo de la evolución, la tendencia a la neutropenia o el diagnóstico de AR después de los 50 años de edad.

La principal complicación del SF es el incremento de la frecuencia y severidad de infecciones comunes y oportunistas. En ese sentido hay que destacar que el SF es un diagnóstico de exclusión en pacientes con infecciones recurrentes y debe plantearse cuando otros procesos han sido descartados. Probablemente el diagnóstico más importante a tener en cuenta es el de la leucemia de células granulares gigantes (LGL). Este cuadro cursa clinicamente con astenia, síndrome constitucional, fiebre, sudor nocturno, artritis, neutropenia y esplenomegalia. El diagnóstico diferencial es complicado ya que aproximadamente un tercio de pacientes con SF pueden presentar posteriormente LGL y que la misma proporción de pacientes con LGL pueden cumplir criterios de AR debido al componente artrítico del cuadro clínico.

Dependiendo de la frecuencia de las infecciones y sobretodo de la neutropenia, la consideración de una esplenectomía terapéutica debe establecerse. El mayor beneficio de este tratamiento se demuestra en aquellos pacientes en los que se pueda documentar la adhesión de IgG en la superficie de membrana de los neutrófilos. Curiosamente y aunque la totalidad de pacientes esplenectomizados con SF recuperan la normalidad del recuento de neutrófilos, dos tercios pueden volver a presentar infecciones recurrentes en el futuro.

La fisiopatología de este proceso es sumamente compleja. En ella se incluyen mecanismos humorales y celulares conjuntamente. Se han descrito varias teorías que justifican en parte el desarrollo de la neutropenia en estos pacientes.
Desde la perspectiva exclusivamente humoral, la principal actividad que media la neutropenia es la mediada por anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo (ANCA). Estos ANCAs no se corresponden con ninguna variedad de autoanticuerpos conocidos para el diagnóstico de vasculitis. Estos ANCA cumplen un doble rol en la fisiopatología del SF: Son activadodes de neutrófilos, favoreciendo su maduración a partir de precursores y son responsables de su destrucción periférica. Estos ANCAs se detectan en alrededor del 70% de los pacientes con SF. Se ha determinado que la actividad de estos ANCAs está condicionada en parte por la de los complejos autoinmunes formados por los anticuerpos IgG del factor reumatoide. Esta teoría justificaría el porqué aquellos pacientes con cifras más elevadas de FR tienen mayor propensión a desarrollar un SF.
La apoptosis mediada por estos ANCAs sigue el mecanismo mediado por la actividad del peróxido de hidrógeno en la membrana del neutrófilo. 
Por otro lado, se han detectado anticuerpos contra el factor de elongación eucariota 1A-1 que se expresa en las células mieloides, en dos tercios de pacientes con SF. Esto condiciona, por otra parte una deplesión de la actividad granulopoyética de la médula ósea. 
Sumando entonces, el incremento de la activación (agotamiento central), la destrucción periférica (agotamiento periférico) y la granulopenia medular se consolida una neutropenia intensa que con facilidad desciende por debajo de las 2000 células por microlitro.
Adicionalmente, en el SF se ha descrito in vitro un incremento del secuestro y adhesión endotelial de los neutrófilos de pacientes sanos tratados con suero enfermo. Este mecanismo podría ser el que con mayor celeridad induzca la retirada de neutrófilos del recuento de células blancas. 
El bazo, sin embargo, cumple un rol importante en la fisiopatología de la enfermdad. En pacientes con SF se aprecia un aumento de la pulpa roja, crecimiento de centros germinales y aparición de infiltrados macrofágicos. Estos cambios histológicos condicionan que el bazo ejerza una potente actividad de secuestro de neutrófilos. Es muy posible que sea fundamentalmente en el bazo en el que se produzcan los cambios celulares que medien la aparición periférica de ANCAs sin embargo esta teoría no está demostrada.

No existen protocolos útiles para la prevención del SF en pacientes con AR. De la atención que preste el clínico a la evolución de los pacientes con AR depende la probabilidad de que se puedan detectar cambios que sugieran alarma: Incrementos de la cifra de FR, neutropenia o tendencia a ella en las revisiones analíticas, incremento de la frecuencia de infecciones o de su severidad.

Lectura recomendada


Coremans IE, Hagen EC, van der Voort EA, et al. Autoantibodies to neutrophil cytoplasmic enzymes in Felty’s syndrome. Clin Exp Rheumatol 1993;11:255–62.
Dwivedi N, Radic M. Neutrophil activation and B-cell stimulation in the pathogenesis of Felty’s syndrome. Pol Arch Med Wewn 2012;122:374–9.
Dwivedi N, Upadhyay J, Neeli I, et al. Felty’s syndrome autoantibodies bind to deiminated histones and neutrophil extracellular chromatin traps. Arthritis Rheum 2012;64:982–92. doi:10.1002/art.33432
Liu X, Loughran TP. The spectrum of large granular lymphocyte leukemia and Felty’s syndrome. Curr Opin Hematol 2011;18:254–9. doi:10.1097/MOH.0b013e32834760fb
Starkebaum G, Arend WP, Nardella FA, et al. Characterization of immune complexes and immunoglobulin G antibodies reactive with neutrophils in the sera of patients with Felty’s syndrome. J Lab Clin Med 1980;96:238–51.
Starkebaum G, Stevens DL, Henry C, et al. Stimulation of human neutrophil chemiluminescence by soluble immune complexes and antibodies to neutrophils. J Lab Clin Med 1981;98:280–91.

El ojo seco y la fibromialgia

En general, los síndromes dolorosos crónicos se asocian a una serie de síntomas difíciles de cuantificar mediante escalas y que, por lo tanto, son difíciles de objetivar de manera clara. Esta dificultad hace que su diagnóstico y su seguimiento sean más complicados.
Aunque los procesos dolorosos son las manifestaciones más habituales en estos pacientes, suelen estar presentes la fatiga, cefalea, mareos, caída de pelo, sequedad de piel y de mucosas entre muchos otros síntomas. 
El ojo seco es una de las manifestaciones más frecuentes dentro de estos síntomas. Un problema adicional es la percepción de que una proporción de pacientes con diagnóstico de fibromialgia acaban cumpliendo criterios de S. Sjögren. Los estudios epidemiológicos en ese sentido deben ser valorados con precaución por varios motivos: (1) Los criterios de clasificación de fibromialgia no son homogéneos en el tiempo ni en las series; (2) La valoración de ojo seco es altamente prevalente en pacientes con fibromialgia y no todos son objeto de estudios específicos para S. Sjögren al momento del diagnóstico. (3) Los estudios basados en grandes bases de datos nacionales tienden a confundir el síndrome de ojo seco con el SS.

Dohrenbusch et al, en 1996 reportó la presencia de pacientes con criterios de clasificación de FM en el 40% de pacientes con SS secundario y 44% de pacientes con SS primario. En los mismos grupos de pacientes, la proporción de pacientes con dolor generalizado era 72% y 5% respectivamente marcando así una importante diferencia entre ambos grupos. De este estudio parece desprenderse que la relación entre FM y SS es menos fuerte que la existente entre dolor generalizado y SS, hecho que parece más concordante con la práctica clínica habitual.
En un estudio llevado a cabo en un centro oftalmológico terciario realizado por Herrich et al y publicado en 2014 se analizó la casuística de 228 pacientes con criterios objetivos de síndrome de ojo seco. Del total de pacientes, un 47% tenían un diagnóstico conocido de una enfermedad inflamatoria crónica. 20 de ellos eran pacientes tiroideos, 4 tenían SS y 1 tenía sospecha no confirmada de SS. Este estudio discute la posibilidad de que el síndrome seco sea el resultado de una inhibición de la actividad glandular mediada por anticuerpos no específicamente relacionados con el SS sino que colocan a este síndrome en un plano muy por debajo de las expectativas. 
En relación a la asociación entre el síndrome de ojo seco y su vinculación con enfermedades crónicas dolorosas, Vehof et al publicó en 2015 un estudio realizado sobre pacientes con síndrome de intestino irritable, dólor pélvico crónico o fibromialgia. En este estudio, todos los pacientes contestaron un formulario de valoración de sequedad ocular (OSDI), se les realizó el test de Schirmer y se midió el tiempo de ruptura de lágrima. De un total de 425 pacientes con diagnóstico de ojo seco, 17% tenían al menos un síndrome doloroso generalizado. Al analizar los puntajes OSDI, los pacientes con sindrome seco ocular y dolor crónico tuvieron puntuaciones mucho peores que aquellos con sindrome seco sin dolor crónico. Curiosamente, las medidas objetivas demostraron mejores resultados en el grupo de pacientes con síndrome seco ocular y dolor crónico que en aquellos sin dolor crónico. Nuevamente se insinúa que los pacientes con dolor generalizado crónico podrían tender a expresar un mayor grado de catastrofismo al realizar valoraciones subjetivas, como el OSDI.
En 2014, ter Borg et al publicaron los resultados de una cohorte de pacientes con SSP sobre la que se valoró la relación entre las manifestaciones extraganglionares, el dolor generalizado y el perfil inmunológico. Curiosamente, la presencia de dolor generalizado sugirió ser, de acuerdo con los resultados, un factor protector pontente contra el desarrollo de manifestaciones extraglandulares como las citopenias, uveitis, enfermedad pulmonar intersticial o el linfoma no-Hodgkin, La polineuropatía, por otro lado se presentó en una significativa menor medida en aquellos pacientes con SSP que además cursaban con dolor generalizado. 

Todo parece apuntar a que el síndrome de ojo seco, la fibromialgia y el dolor generalizado tienen una vinculación clínica que no se puede despreciar. Teniendo en cuenta que una proporción no despreciable de pacientes con SS cursan con dolor generalizado, habría que reconocer que la posibilidad de confudir este diagnóstico con el de una fibromialgia justificaría que a futuro algún paciente fibromialgico acabe por reunir criterior de clasificación de SS.

Lectura recomendada

Dohrenbusch R, Grüterich M, Genth E. [Fibromyalgia and Sjögren syndrome--clinical and methodological aspects]. Z Rheumatol 1996;55:19–27.

Henrich CF, Ramulu PY, Akpek EK. Association of dry eye and inflammatory systemic diseases in a tertiary care-based sample. Cornea 2014;33:819–25. 
ter Borg EJ, Kelder JC. Lower prevalence of extra-glandular manifestations and anti-SSB antibodies in patients with primary Sjögren’s syndrome and widespread pain: evidence for a relatively benign subset. Clin Exp Rheumatol 2014;32:349–53.
Vehof J, Smitt-Kamminga NS, Kozareva D, et al. Clinical characteristics of dry eye patients with chronic pain syndromes. Am J Ophthalmol Published Online First: 18 November 2015. doi:10.1016/j.ajo.2015.11.017



lunes, 14 de diciembre de 2015

EMEUNET newsletter ACR 2015 Highlights

La nueva newsletter de EMEUNET, EMEUNEWS edición noviembre-diciembre, ACR 2015 Highlights se encuentra ya disponible online.

Esta edición incluye una selección de los trabajos presentados en el congreso anual del American College of Rheumatology, cobertura sobre las actividades de EMEUNET durante el congreso, próximos eventos académicos y más información relevante para jóvenes reumatólogos.