miércoles, 28 de marzo de 2012

Lesiones erosivas en paciente mayor de 65 años. Solución al caso clínico.

La semana pasada expusimos el caso de una mujer de 77 años que inició hace tres un cuadro acelerado de dolor y tumefacción en dedos de las manos y en codos. Unos pocos años antes había sido operada de ambas rodillas por artrosis.
Había sido remitida desde Traumatología por sospecha de una enfermedad inflamatoria.
El cuadro tenía las siguientes características guía:
  • Mujer mayor de 65 años.
  • Dolor de características inflamatorias en dedos de las manos y en ambos codos. En la actualidad predominaban los signos de secuela o "tumefacción fría".
  • Rigidez matutina mayor de una hora.
  • Afectación simétrica de las manos y los codos pero de mayor intensidad en la mano izquierda y el codo derecho.
  • Radiológicamente teníamos destrucción de IFDs, subluxación articular, osteopenia yuxtaarticular y una llamativa destrucción erosiva demostrada a nivel de los codos.
  • Los reactantes de fase aguda estban sólo ligeramente elevados, sin embargo no teníamos el resto de la analítica disponible.
  • No habían antecedentes de psoriasis y la exploración cutánea era normal.
Discutimos brevemente las posibilidades diagnósticas relacionadas con un proceso acelerado, destructivo y que afecta a manos y codos. Una posibilidad a considerar era la artrosis erosiva (OAE) que revisamos en la entrada previa al blog. En dicha revisión expsuimos los criterios propuestos para esta entidad. Las tres posibilidades adicionales eran la APso, AR y la artritis microcristalina.

Resultado analíticos recientes
PCR 12,1 (VN 0-5)
VSG 39 mm/h.
FR 332 (VN <20)
aCCP Positivo
IGs normales. Espectro electroforético normal. 
HLACW6 (-) B27 (-)
Perfil hepático normal. Perfil renal normal.
Uricemia normal/óptima.
Uricosuria 24 horas normal.

La condrocalcinosis y pseudogota estaban al final de la lista de posibilidades y los hallazgos radiológicos no iban a su favor. Aunque no disponemos de un estudio del líquido, a priori, la uricosuria y el la uricemia (en ausencia de un hipotético brote actual) tampoco respaldan el diagnóstico de gota.
La paciente había sido operada de ambas rodillas. En ambos casos el acto operatorio fue la colocación de PTR. Se desconoce si hubo estudio histológico post operatorio y únicamente sabemos que la indicación fue por "artrosis". La APso podría ser un diagnóstico a considerar especialmente basados en la afectación de IFD sin embargo la falta de un antecedente de psoriasis, la exploración de piel y anejos normal, la ausencia de dactilitis y la negatividad del HLACW6 hacen este diagnóstico menos probable. 
Desde luego, atendiendo a un FR y aCCP positivos con espectro electroforético normal (se excluyen otras causas de FR elevado) y considerando el patrón predominantemente destructivo, debemos orientarnos al diagnóstico de AR del anciano (cumple todos los criterios ACR).
El valor de este caso radica en que la OEA debe ser un diagnóstico a tener en cuenta en patrones acelerados, muy destructivos y que aparecen en la tercera edad.




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