miércoles, 7 de enero de 2015

Artículo comentado: Tasa de retención de aTNFs en pacientes con Artritis Reumatoide

La tasa de supervivencia es una definición fármaco-epidemiológica que alude al tiempo que transcurre entre el inicio de un tratamiento dado y su suspensión, debido a que su efecto disminuye por debajo del necesario para el control clínico del paciente o que se presentan efectos adversos.

De ahí que la tasa de supervivencia sea un interesante indicador comparativo al momento de medir el impacto que tienen las terapias biológicas en pacientes con artritis reumatoide.
La tasa de supervivencia es una medida naturalmente dependiente de las características del paciente que recibe el tratamiento. Por lo tanto, cuanto menor sea la actividad de la enfermedad, menos probable es que ocurra una interrupción del tratamiento. El uso de medicación concomitante también condiciona que un tratamiento biológico prolongue o no su supervivencia terapéutica ya sea porque la enfermedad se controla mejor o porque hace menos probable o menos intensa la actividad inmunológica anti-antiTNF.

El análisis de la tasa de supervivencia en antiTNF no es tema de investigación reciente, sin embargo los estudios realizados al respecto presentan distintos resultados en función del periodo de tiempo analizado (dispobilidad de ciertas terapias biológicas), el ámbito geográfico en el que se realizó el estudio y los protocolos de administración locales (distintos criterios).

En la edición de enero del Ann Rheum Dis, Neovius y colaboradores publican en acceso abierto un estudio de supervivencia de terapias biológicas basado en el registro nacional sueco que incluyó a pacientes que iniciaron su primera terapia biológica en el contexto de un diagnóstico previo artritis reumatoide, entre 2003 y 2011.

El número de pacientes seguidos fue 9139 totalizando 20 198 personas/año. A lo largo de este periodo de seguimiento se produjeron 3782 interrupciones. En 51% la causa fue la pérdida de eficacia y en 36% fue por eventos adversos. La distribución de estas interrupciones fue homogénea entre los tres aTNFs. No obstante ello, la tasa de supervivencia al año fue significativamente mayor en los pacientes que recibieron etanercept (74%), respecto de los que recibieron adalimumab (66%) o infliximab (64%).
Otro resultado de interés fue que la tasa de interrupciones del tratamiento fue mayor en el periodo 2006-2009 que en el periodo 2003-2005. Los autores plantean la hipótesis de que este hallazgo se justifica por la modificación de las expectativas terapéuticas de la terapia biológica y que endurecieron los objetivos a alcanzar una vez iniciada la terapia aTNF.


Se trata de un estudio interesante de leer, con dos fortalezas mayores: el número de pacientes y el largo periodo de seguimiento en el que las tres drogas seguidas en el tiempo estaban igualmente disponibles en el entorno geográfico.

Referencia
Neovis M, Arkema E, Olsson H, Eriksson J, et al. Drug survival on TNF inhibitors in patients with rheumatoid arthritis comparison of adalimumab, etanercept and infliximab. Ann Rheum Dis 2015;74:354-360.

lunes, 13 de octubre de 2014

Síndrome de Touraine Solente Gole: La enfermedad de la piel de elefante

La enfermedad de Touraine Solente Gole (TSG) es una rara condición hereditaria escasamente descrita en la literatura. 
Se le conoce también como paquidermoperiostosis primaria. Clinicamente se caracteriza por engrosamiento de la piel del cuero cabelludo y la cara (se le conoce también como la "enfermedad de la piel de elefante", periostosis y acropaquia. Se le considera una forma de osteoartropatía hipertrófica no vinculada a alteraciones oxigenatorias ni fenómenos hematológicos hemolíticos. 
La forma de herencia es autosómica dominante con dominancia variable. La presentación en mujeres es excepcional. 
En la literatura científica, el número de casos reportados no alcanza la veintena sin embargo se presupone que muchos casos no se encuentran diagnosticados dentro de una misma familia dado que en ocasiones las manifestaciones clínicas han pasado desapercibidas o se han atribuido a rasgos familiares. En estudios radiológicos de familiares de sujetos diagnosticados, la periostitis de manos se ha identificado en hasta el 38%.
La primera manifestación clínica es el desarrollo de acropaquias siendo manifiestas en los dedos de las manos a partir de la adolescencia. La periostitis tambien se manifiesta en huesos largos distales de las extremidades y generan el aspecto de piernas y brazos "en columna". La piel de la cara y cuero cabelludo se hacen más gruesas sin comprometer la densidad capilar sin embargo estos pacientes desarrollan dermatitis seborreica en la practica totalidad de los casos.
Otras manifestaciones clínicas asociadas son la hiperhidrosis y la mielofibrosis, aunque esta última es muy infrecuente.
El dolor óseo es infrecuente sin embargo la proliferación perióstica puede producir cierto grado de limitación funcional a largo plazo. El manejo de esta enfermedad se sustenta en reportes de casos. Se ha ensayado con relativo éxito el uso de isotretinoina para ralentizar los cambios dermatológicos. Las deformaciones óseas han sido tratadas con bifosfonatos, corticoides y colchicina.


Lectura recomendada

  • Kerimovic Morina DJ. Mladenovic primary hypertrophic osteoarthropathy in 32 patients.Clin Exp Rheumatol. 1992;10(Suppl 7):51–6.
  • Touraine A, Solente G, Gole L. Un syndrome osteoderopatique: La pachydermie plicaturee avec pachyeriostostose des extremites. Presse Med. 1935;43:1820–4.



viernes, 15 de agosto de 2014

Urticaria y tumefacción articular termomediada: Presentación de un caso.

Presentamos el caso de una mujer de 18 años que consulta por episodios de aparición de lesiones cutáneas tipo urticaria (habones pruriginosos y algunos de aspecto numular) en distintas regiones de la piel.
Dichas lesiones se presentan de forma característica a los pocos minutos de exponerse al calor ya sea por ejercicio físico o por aumento de la temperatura ambiental.
En ciertas ocasiones, cuando las lesiones abarcan territorios articulares la paciente ha desarrollado además tumefacción articular y dolor. Estos síntomas han perdurado incluso horas después de que las lesiones habían desaparecido sin dejar señales en la piel.

A continuación fotografías de ambas manos tras llegar a la consulta andando bajo una temperatura ambiental de 36 grados centígrados.



Se le indicó que realizara una prueba de ejercicio físico a temperatura ambiental controlada (24 grados) subiendo y bajando escaleras durante 20 minutos.

Las ecografías que se muestras a continuación muestran el corte longitudinal de la 2 MCF de la mano derecha durante el brote cutáneo y dos días más tarde, sin lesiones visibles.

Eco 2 MCF mano derecha, 2 días después del brote cutáneo.

Eco 2 MCF en presencia de las lesiones cutáneas.
¿Que nombre tiene el proceso dermatológico?
¿Cómo se explican los cambios clínicos y ecográficos en la articulación?





jueves, 14 de agosto de 2014

Tema de revisión: Osteocondritis disecante

La osteocondritis disecante (OD) es un proceso patológico infrecuente que se suele presentar con mayor frecuencia en varones jóvenes y que se puede manifestar en cualquier articulación pero que se ha descrito fundamentalmente en rodillas.
La historia natural de la osteocondritis disecante se resume en tres fases: (1) Disrupción nutricional subcondral, (2) Reparación y reabsorción y (3) Cicatrización. En situaciones excepcionales existe una fase intermedia de fragmentación.


  1. Disrupción nutricional: Esta es la fase inicial. Se caracteriza por el desarrollo de un proceso de isquemia transitoria que afecta los mecanismos de nutrición -por naturaleza limitados- de los que depende el cartílago articular. Esta isquemia puede estar mediada por un proceso infeccioso sin embargo lo más habitual es que sea secundaria a un proceso traumático que genere interrupción física de la continuidad del mismo. Como consecuencia inmediata o mediata de ello, se produce un desprendimiento del cartílago que puede ser completa o parcial y desencadena un proceso de reparación que puede tardar días o semanas según su magnitud.
  2. Reparación y reabsorción: La sección de cartílago carente de riego eventualmente se necrosa y degenera hasta desintegrarse y pasar a formar parte del detritus sinovial. Este proceso tiene una duración muy variable en función del tamaño de la sección dañada. Al mismo tiempo, la zona desde la que se produjo el desprendimiento inicia el proceso de cicatrización por medio de mecanismos habituales: proliferación condrocítica, fibroblástica y depósito de nueva matríz cartilaginosa. En la medida en que esta reparación sea ordenada y que se extienda sobre zonas ajenas a la inserción ligamentaria, el proceso será menos sintomático. Durante esta fase el paciente puede experimentar sinovitis en función de la medida en que las citoquinas involucradas en este proceso establezcan contacto con los sinoviocitos e induzcan una reacción efusiva inflamatoria.
  3. Cicatrización: Una vez recuperada la integridad de la superficie lesionada la articulación deja de ser sintomática.
  4. Cuerpo flotante: Entre la primera y segunda fase se pueden formar los llamados "cuerpos flotantes". Estas estructuras están constituidas por hueso subcondral que se ha desprendido junto con el cartílago como consecuencia habitual de un traumatismo de alta intesidad. En estos casos, el tejido cartilaginoso y la matriz orgánica de la cortical siguen el normal proceso de reabsorción sin embargo el componente mineral de la cortical puede sobrevivir meses o años y separarse por completo de las estructuras orgánicas y flotar dentro de la cápsula sinovial. Estas estructuras estimulan por contacto físico a la sinovia y pueden desencadenar procesos inflamatorios que conlleven a sinovitis o incluso provocar nuevas lesiones subcondrales.
Cuerpos flotantes (señalados por las flechas) en un paciente con OD de larga evolución (ver presentación del caso en la entrada previa)

La OD puede no requerir tratamiento alguno y muchas veces pasará desapercibida. Su incidencia anual ha sido estimada en 1.5 casos por cada 100 000 dolores de rodilla. No obstante ello, la presencia de cuerpos flotantes es criterio de exploración quirúrgica artroscópica. 

Literatura recomendada:



Keenan OJF, Turner PG, Yeates D, et al. Epidemiology of hospitalised osteochondritis dissecans in young people: incidence, geographical variation and trends over time in England from 2002 to 2010. The Knee 2014;21:497–500. doi:10.1016/j.knee.2013.11.010

Kessler JI, Nikizad H, Shea KG, et al. The demographics and epidemiology of osteochondritis dissecans of the knee in children and adolescents. Am J Sports Med 2014;42:320–6. doi:10.1177/0363546513510390 

Sum JC, Hatch GF. Osteochondritis dissecans. J Orthop Sports Phys Ther 2011;41:796. doi:10.2519/jospt.2011.0421 

Carey JL, Anderson AF, Shea KG. Osteochondritis dissecans in an adult. Orthopedics 2012;35:413–4. doi:10.3928/01477447-20120426-10 

Grimm NL, Weiss JM, Kessler JI, et al. Osteochondritis dissecans of the knee: pathoanatomy, epidemiology, and diagnosis. Clin Sports Med 2014;33:181–8. doi:10.1016/j.csm.2013.11.006 

Vajnar J. Knee pain and a limp after a fall. JAAPA Off J Am Acad Physician Assist 2005;18:72, 77. 

Luisiri A, Silberstein MJ, McGuire M, et al. Radiologic case study. Osteochondritis dissecans. Orthopedics 1986;9:434, 436–40. 

Hay BM. Two cases of osteochondritis dissecans affecting several joints. J Bone Joint Surg Br 1950;32-B:361–7. 

Hermanson RH. Bilateral osteochondritis dissecans of the knee. Radiology 1946;47:349–54. doi:10.1148/47.4.349


martes, 12 de agosto de 2014

Tratamiento con Metotrexato en la sinovitis sintomática asociada a la artrosis de rodilla

A pesar de que la artrosis ha sido considerada tradicionalmente como una enfermedad degenerativa articular, se sabe actualmente que es un trastorno complejo, heterogéneo, de etiología multifactorial, en el cual los pacientes muestran diversos grados de inflamación asociada, siendo en algunos de ellos comparable en magnitud a la producida por la artritis reumatoide (AR). Esta inflamación puede ocurrir de manera primaria o secundaria a otros factores como los cambios biomecánicos dentro del cartílago artrósico. 

La rodilla es una de las articulaciones más frecuentemente afectadas por el proceso artrósico y una de las que mayor discapacidad produce. Sin embargo, no se disponen a la fecha de tratamientos a largo plazo que hayan demostrado ser realmente seguros y eficaces a largo plazo para la artrosis en esta localización, y un número significativo de pacientes requieren finalmente la colocación de prótesis articulares. 

La inflamación y proliferación sinovial es una de las características clave de la artrosis y es un predictor de progresión de la enfermedad. Los estudios llevados a cabo con resonancia magnética en la artrosis de rodilla han demostrado que la sinovitis es altamente prevalente en esta localización y se asocia a dolor, el cual es probablemente debido a la liberación de mediadores como prostanglandinas y citoquinas a partir del tejido sinovial inflamatorio. El metotrexato es un fármaco ampliamente utilizado para el tratamiento de enfermedad inflamatorias reumáticas como la AR debido a su eficacia para controlar la sinovitis, por lo que se presenta como una alternativa terapéutica en la artrosis de rodilla sintomática. Sin embargo, a pesar de que se encuentra disponible desde hace muchos años, sólo recientemente se ha explorado esta posibilidad en 2 ensayos clínicos, con resultados realmente alentadores. 


El primero de ellos fue un ensayo abierto llevado a cabo por Wenham et al. [1], quienes incluyeron 30 pacientes con artrosis de rodilla con una puntuación de dolor en la escala visual analógica (EVA) > 40/100, con mala respuesta a AINEs y opiodes. La dosis de metotrexato utilizada fue de 20 mg/semana y el período de estudio de 24 semanas. Las medidas de desenlace utilizadas fueron la reducción en el EVA de dolor y del derrame y grosor sinovial por ecografía. Se encontró que más del 30% de los pacientes experimentaron una reducción del EVA de dolor de 47%, mientras que 23% conseguieron más del 50% y 13% empeoraron. Sin embargo, no se encontró correlación entre los cambios ecográficos y la puntuación del dolor.



El segundo estudio de Abou-Raya et al. [2] fue más ambicioso, al tratarse de un ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo, incluyendo un número mayor de pacientes, 144 en total. La dosis utilizada de metotrexato fue de 25 mg/semana y el seguimiento hasta las 28 semanas. Las medidas de desenlace fueron la reducción del dolor en la EVA, la mejoría funcional medida a través de los cuestionarios Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index (WOMAC) y activities of daily living (ADL), y la sinovitis fue valorada al igual que en el estudio previo por ecografía. Encontraron una reducción clínicamente significativa en el dolor y funcionalidad física en el grupo tratado con metotrexato en relación con placebo. Igualmente se encontró una reducción de la sinovitis tanto clínica como ecográfica. La proporción de pacientes que redujeron la puntuación de dolor en la EVA en más de 20 puntos fue de 53% en el grupo tratado con metotrexato mientras, que con placebo fue solo del 24%.



A pesar del escaso número de estudios disponibles actualmente, el metotrexato se presenta como una alternativa a tener en cuenta en pacientes con artrosis de rodilla y sinovitis asociada, pudiendo mejorar de forma importante el deterioro de la calidad de vida en estos pacientes producida por el dolor y la limitación funcional.  



Referencias

sábado, 9 de agosto de 2014

Desafío radiológico: Hemartros espontáneo y cuerpo extraño flotante en rodilla

Agradecemos la presentación de este caso a las Dras. Patricia Alva y María Carpena.

Un varón de 23 años se presentó en urgencias con una tumefacción aguda de la rodilla derecha tras un esfuerzo físico leve.
Se practicó una artrocentesis que demostró hemartros.
La siguientes son las radiografías realizadas: (A) anteroposterior, (B) lateral y (C) en hiperflexión.


 
¿Qué presenta este paciente?


martes, 22 de julio de 2014

Riesgo cardiovascular en Arteritis de Células Gigantes

La arteritis de células gigantes (ACG) es una vasculitis de gran vaso que afecta fundamentalmente a pacientes mayores de 65 años, cuya presentación clínica es bastante característica y cuyo tratamiento no es ageno a la mayor parte de clínicos.

La fisiopatología de la ACG combina dos fenómenos igualmente importantes y dependientes de las mismas cascadas de citokinas: la inflamación endotelial del vaso y la trombogénesis.

El vínculo entre aterogénesis, trombosis y enfermedades inflamatorias autoinmunes viene siendo un reiterado tema de estudio y opinión en la actualidad. En la actualidad, esta conexión está documentada, aunque no totalmente comprendida en la artritis reumatoide y aunque reconocida, menos estudiada en el lupus eritematoso sistémico, la artritis psoriásica y las espondiloartritis. En el caso de la ACG, la trombosis forma parte del proceso que genera la sintomatología que finalmente conduce al paciente a consultar. De la misma forma que en otras enfermedades inflamatorias autoinmunes, se considera que el papel que juegan la IL-1 e IL-6 es fundamental en la aterogénesis, no obstante en el caso de la ACG, se constatan fenómenos trombóticos incluso en ausencia de este fenómeno preliminar.

Recientemente, Guida y colaboradores publicaron en la revista Int Journ Rheum una interesante revisión sobre el riesgo tromboembólico en pacientes con ACG. Esta revisión discurre alrededor de los conocimientos disponibles sobre la fisiopatologenia de la enfermedad y el efecto que el tratamiento estándar produce en la modificación de este riesgo. Incluye también una recapitulación de muchas manifestaciones trombóticas (con sus correspondientes presentaciones sensoriales, motrices o sensitivas) que son menos conocidas en la enfermedad pero que traducen su actividad al igual que las tradicionales (cefalea, claudicación mandibular). 
Esta revisión incluye una sustentación para la implementación de medidas antitrombóticas y tromboprofilaxis en situaciones particulares en todo paciente en el que se establesca el diagnóstico de ACG.

Referencia


Guida A, Tufano A, Perna P, et al. The Thromboembolic Risk in Giant Cell Arteritis: A Critical Review of the Literature. Int J Rheumatol 2014;2014. doi:10.1155/2014/806402

Imagen problema: Tumefacción poplitea.

Una mujer de 42 años consultó en dos oportunidades por notarse una "placa" tumefacta en la región poplitea de la rodilla derecha.

No tenemos documentación de la primera valoración, pero la paciente indica que fue tratada con antinflamatorios considerando el diagnóstico de una tendinopatía no especificada.

La segunda valoración fue realizada en urgencias. La paciente llevaba dos semanas con la misma sensación. Negaba dolor salvo cuando hiperflexionaba la rodilla o cuando realizaba esfuerzos prolongados de deambulación. La exploración física de esa valoración anotaba "presencia de un bultoma en la región latero-posterior de la rodilla sin otros signos inflamatorios". Se atribuyó el diagnóstico de quiste popliteo no complicado, se modificó la pauta anti inflamatoria y la paciente fue remitida a consultas de traumatología.

Una semana más tarde vuelve a consultar por que "la placa" ha aumentado de tamaño y ahora limita la flexión de la rodilla en grados intermedios. Realizamos una ecografía del espacio poplíteo sin identificar quiste alguno. El siguiente es el video del hallazgo realizado:

 

Un estudio doppler confirmó la ausencia de flujo endovascular.





Reinterrogando a la paciente, esta reconoció que la sintomatología original se produjo un día después de haber realizado un viaje por carretera de 8 horas de duración. Reconoció además el uso de anticonceptivos orales y ser fumadora activa.

La paciente fue valorada por cirugía vascular y tratada con enoxaparina por un corto periodo de tiempo. La sintomatología cedió rápidamente con el uso de antinflamatorios transdérmicos al cabo de una semana.

Imagen ecográfica: Hematoma en antebrazo.

Agradecemos la presente contribución a la Dra. M.A. Blázquez.


Las imágenes corresponden a un varón de mediana edad que consultó por la aparición de un bulto en la región dorsal del antebrazo derecho, sobre territorio extensor cubital.

La imagen superior corresponde a un corte transversal en el que se puede distinguir claramente los límites de la estructura problema e incluso identificar una clara interfase dentro de la misma. 
La imagen inferior corresponde a un corte longitudinal en el que se puede apreciar que la estructura problema se encuentra embebida en el estrato muscular superficial demostrando independencia de la grasa. 



Los detalles de este caso clínico se pueden consultar en la siguiente entrada del Blog ECOSERonline.

sábado, 28 de junio de 2014

Nuevo blog de Imagen en Reumatología: ECOSERonline

Invitamos a todos los interesados en ecografía musculoesquelética a suscribirse al nuevo blog ECOSERonline.
Se trata de un órgano de difusión y comentario de grupo ECOSER de la Sociedad Española de Reumatoogía.
Este grupo concentra a reumatólogos interesados en la imagen ecográfica en Reumatología y el propósito de este nuevo blog es servir de escaparate para el intercambio de casos y opiniones al respecto.

Esperamos que sea de vuestro interés.

Links de interés:
Grupo ECOSER en la Sociedad Española de Reumatología
Suscribirse a ECOSERonline.